De camino por las antiguas vías del Ferrocarril de Amagá

31 de julio de 2021

Entre rieles, fauna, flora y tierra se evidencia las antiguas vías del tren, donde sus historias engalanan el orgullo que sienten las personas que ahora habitan los alrededores de las antiguas carreteras. El ferrocarril iniciaba su recorrido desde la ciudad de Medellín hasta llegar al río Cauca, pasando entre las bocas de la quebrada de Amagá y el río Poblanco; el cual fue construido con el fin de comunicar a Medellín con el río Cauca, iniciando sus obras en 1909.

El 15 de julio del año 2021, nos fuimos de caminata por el corredor vial del Ferrocarril de Amagá. Todo inició a las 8: 00 a.m., cuando nos encontramos para tomar un café y hablar de la planeación del día. Más o menos a las 9:00 a.m., nos dirigimos a Camilo C, corredor vial que dio inicio a la caminata exploratoria.

Al principio del camino, había casas, perros y personas que como es muy particular en el campo, saludan a todas las personas que pasan por su territorio. A medida que íbamos avanzando, el camino se iba colocando más estrecho y solo se podía observar caminitos, que, pasando de uno en uno, se podía disfrutar de la tranquilidad y el sonido que se escuchaba en aquel lugar.

Observar esta clase de lugares, teniendo en cuenta que está alejado de muchos factores que perjudican el medio ambiente, lo considero un privilegio para las personas que deciden hacer este tipo de caminatas, además que pueden disfrutar de la tranquilidad y el aire puro, este recorrido tiene mucha historia que articula el pasado de los que sí estuvieron en la época de Ferrocarril de Amagá.

A las 10:30 a.m., ya estábamos saliendo a la carretera, era un camino más abierto, donde se podía observar de nuevo casas, personas y en particular un taller de madera, ubicado en todo el camino de la vía del ferrocarril; estábamos a la expectativa de conocer los túneles, que en la actualidad estaban cubiertos de vegetación, imagen que recalca la estructura de estos por la combinación entre la luz y las matas que lo adornaban. 

Los túneles fueron pensados para permitir la continuación de la vía férrea, están ubicados en la vereda La Delgadita, y son cinco en total; fueron construidos en el año 1923 y miden entre 40 y 80 metros.

Al pasar el último túnel, nos encontramos una piscina de reserva natural, donde vendían diferentes bebidas, había música y se podía apreciar una cascada que caracterizaba el lugar; uno de las paradas más atractivas de la caminata.

Más adelante, debíamos pasar el primer viaducto, el cual fue construido en 1924 y también estaba ubicado en la Vereda La Delgadita. Es un puente antiguo, que resalta los rieles del tren y la estructura de metal que lo sostiene. En este punto, se podía apreciar más el paisaje, las flores, los pájaros, las hojas y el sol anunciando el mediodía.

Para terminar, pasamos otra carretera donde nos encontramos la estación del Ferrocarril, una casa antigua, pintada de rojo y de madera, algo que distingue a las casas de tiempos pasados en Colombia. Y finalmente, pasamos El Viaducto número dos, para llegar al destino que era el Corregimiento Los Palomos.

El Ferrocarril de Amagá fue de una importancia estratégica para los ferrocarriles y la industria del occidente de Colombia, pues permite un abastecimiento regular de carbón de las minas de Amagá que movía buena parte de las máquinas de vapor de la época. Así mismo, permitió reducir los costos de operación de la línea del Ferrocarril de Antioquia y minimizar el impacto ecológico sobre los bosques utilizados como combustible para las locomotoras.

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